jueves, 21 de julio de 2016

el peso del cuerpo

los límites del ayuno y del
sufrimiento. Las rodillas que
entrechocan, los días enteros sin
sentarse. El cuerpo, que vuela
desvalido por encima de las
aceras. Más adelante, las caídas
en la calle, en el metro, y el
insomnio que acompaña al
hambre, ya imposible de
reconocer.
Hasta que el frío invadió su
cuerpo, inimaginable. Un frío
que le anunciaba que había
llegado al final y que tenía que
elegir entre vivir o morir.


le impide
permanecer inmóvil. Un abrazo que se
asemeja al de la muerte, lo sabe, la
muerte dentro de ella como un bloque de
hielo.


Ha vaciado
el cuerpo de toda vida, ha apurado los
límites, hasta quedarse sin fuerzas.


De pie, pierde el equilibrio.
Sentada, le duele el trasero. Echada
también. Se le clavan los huesos en la
piel, una piel que es como papel maché,
seca y gris, pegada al esqueleto. Es
cierto, ¿cómo se puede llegar a eso?
Cubierta por dos capas como una
cebolla, espera.



No necesita morirse para
renacer.



Él le dice lo prioritario es conseguir
que vuelva a alimentarse como es
debido. En la alteración del estado
nutricional, se observan una serie de
fenómenos que acentúan la anorexia. Al
quedar desnutrido, el cuerpo
experimenta cada vez menos la
sensación de hambre. En el interior, los
músculos ya no realizan su trabajo. El
cerebro deja de recibir alimento. Es
preciso restablecer sus funciones. Le
dice que lo primero que debe hacer es
engordar, para ser consciente del grado
de delgadez que ha alcanzado. Tiene que
comer para darse cuenta de que puede
llegar a vencer esa angustia y de que
puede vivir de otro modo que con el
cuerpo mermado. Dice que hay que
luchar consigo mismo para entender
algún día que se está luchando por uno
mismo. La experiencia demuestra que
rebasado determinado peso el peligro de
recaída es mínimo.



No es más
que un alfiler flotando en su ropa, un
ectoplasma, llena de vergüenza y de
angustia. Una pobre gilipollas que se ha
jodido la vida, merecido lo tienes,

transparente, pringada, un hueso viejo y
putrefacto carcomido hasta la médula
.

jueves, 14 de julio de 2016

duele

Duele 
Duele tanto la herida que guardo aquí dentro, duele 
La intento hacer desaparecer, pero vuelve y duele 
Duele ver que soy sólo parte del recuerdo, duele

Y a veces pierdo la razón por segundos, duele 
Duele tanto que apenas consigo aguantarlo y duele 

Entiéndelo 
Es como si un huracán se llevara todo lo que fuíste hasta hoy 
Es como si un maremoto inundara cuanto hay a tu alrededor 
Es como el fuego que arrasa y destroza todo lo que hay en tu interior 

Es como si un meteorito impactara en el centro de tu corazón 
Es como si un volcán explotara con toda su rabia y dolor 
Es como si tu cuerpo sedara y sedara tu respiración 

Duele ver que ya no eres la misma de siempre, duele 
Entiéndelo 
Es como si un huracán se llevara todo lo que fuíste hasta hoy 
Es como si un maremoto inundara cuanto hay a tu alrededor 
Es como el fuego que arrasa y destroza todo lo que hay en tu interior 

Es como si un meteorito impactara en el centro de tu corazón 
Es como si un volcán explotara con toda su rabia y dolor 
Es como si tu cuerpo sedara y sedara tu respiración

domingo, 10 de julio de 2016

Hay que saber apreciar las pequeñas cosas de la vida.
Una mirada, una sonrisa, un te quiero, una caricia...
el primer café por la mañana, un aroma,el primer rayo de sol.
A veces estamos tan centrados o mejor dicho,descentrados, pensando en nuestros males, en nuestras preocupaciones que pasamos por alto los detalles del dia a dia y no disfrutamos, andamos malhumorados, enfadados....