jueves, 13 de diciembre de 2012

Por fuera río, pero dentro...

.... siento que estoy muriendo poco a poco. Las palabras se me clavan como cuchillos, y las noches de insomnio se hacen comunes pese a los malos días. Llorar no es una solución, pues ya no reconforta nada. Gritarle al mundo que estás llorando en vano no es suficiente, que todos te pregunten "¿Qué te pasa?" Y no saber que responderles, no por vergüenza o por miedo, sino por la inconsciencia. La inconsciencia de no saber qué coño te pasa, de sentirte impotente al no mostrar nada más que una cara seria cuando quieren ayudar. Cuántas noches en vela preguntándole a tu pasado, que ha hecho con tu vida. Tan consumida, tan vacía, tan oscura... Un día llena de vitalidad y de ánimos por salir a delante, y al día siguiente, pareces estar hasta el cuello de mierda. A pesar de todo, con los años, he aprendido que reírse es más fácil que echarse a llorar. No importa el tono de gris que bañado mi día, si me echo unas risas al final, todo va bien, hasta que me vuelva a levanta

No hay comentarios:

Publicar un comentario